El Castro de El Castillejo: Una Ventana al Pasado
El castro de El Castillejo, uno de los yacimientos más importantes de Santiago del Campo. Este asentamiento fortificado, situado en una posición estratégica, fue ocupado desde el Calcolítico Final hasta la Edad del Bronce. Las excavaciones arqueológicas realizadas en este lugar han sacado a la luz valiosa información sobre la vida de sus habitantes.
Un Enclave Estratégico
El castro se encuentra en una posición estratégica, dominando un amplio valle. Su ubicación elevada le proporcionaba una excelente visibilidad y defensa, lo que lo convirtió en un lugar ideal para establecer un asentamiento. Las murallas, construidas con grandes bloques de piedra, protegían el interior del castro, donde se encontraban las viviendas, los almacenes y los espacios comunales.
La Vida en el Castro de el Castillejo
Los habitantes del castro de El Castillejo eran principalmente agricultores y pastores. Cultivaban cereales como el trigo y la cebada, y criaban ganado ovino y caprino. La metalurgia del cobre y del bronce también desempeñó un papel importante en su economía.
Las excavaciones arqueológicas han sacado a la luz una gran cantidad de objetos que nos permiten conocer mejor su modo de vida. Entre los hallazgos más destacados se encuentran:
- Cerámica: Abundante cerámica a mano, con decoraciones incisas y repujadas, que nos habla de sus costumbres y técnicas de producción.
- Herramientas: Se han encontrado herramientas de hierro, como cuchillos y fíbulas, que revelan un alto nivel de desarrollo tecnológico.
- Estructuras: Las excavaciones han puesto al descubierto varias habitaciones construidas con lajas de pizarra, así como un torreón y un ara de granito de época romana.
- Armas: Se han descubierto hachas, puntas de flecha y espadas, que nos hablan de las capacidades bélicas de sus habitantes.
- Joyas: Se han encontrado diversas joyas, como pendientes, collares y pulseras, que muestran la importancia de la estética y la ornamentación.
La Influencia Cultural
El castro de El Castillejo no fue un enclave aislado, sino que mantuvo contactos con otras culturas de la época. Se han encontrado objetos de origen extranjero, como cerámica campaniforme y adornos de metal, lo que sugiere una red de intercambio comercial y cultural.
La influencia de la cultura céltica también se ha dejado sentir en este yacimiento. Se han encontrado restos de construcciones circulares y de estructuras defensivas típicas de los castros celtas.